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miércoles, 11 de agosto de 2010

Aquí les cuento un poco sobre uno de los platos mas tradicionales y representativos de la cocina paraguaya…

La sopa paraguaya “es producto del sincretismo guaraní y español. Los guaraníes acostumbraban a consumir comidas pastosas elaboradas con harina de maíz o de mandioca envueltas en hojas de güembé o banana y cocinadas entre ceniza caliente. Los españoles… introdujeron el uso del queso, los huevos y la leche, aditivos que fueron agregados a los platos preparados por los guaraníes…” Se trata pues de una torta esponjosa salada y es, como toda buena muestra de la cocina paraguaya, muy rica en contenido calórico y proteico.

La anécdota histórica que ilustra con mayor precisión y quizá con más atisbos de credibilidad tiene como protagonistas a Don Carlos Antonio López (según los cuentistas de la Historia del Paraguay, el fundador del Estado Paraguayo, gobernante que rigió los destinos de su país entre 1841 y 1862), y a una cocinera (“machú”) de éste.

Se narra en ese episodio que el gran gobernante, obeso en grado sumo, gustaba del “tykuetï” o sopa blanca elaborada con leche y queso Paraguay, huevo y harina de maíz, plato que era cotidianamente infaltable en su mesa.

Pues bien, un día, por un involuntario descuido, la “machú” en cuestión puso en la sopa más harina de maíz que la habitual con lo cual, ya bien cerca del mediodía, se encontró con dos problemas: el primero, esa no era la base del “tykuetï”, y el segundo, ya no le daba el tiempo para reiniciar su tarea o sustituir el plato favorito por algún otro.

Entonces, haciendo alarde de una decidida actitud, mezcla de temor e ingenio, vertió el preparado en un recipiente de hierro y lo puso a cocer en el “tatakuá” (en Guaraní, “agujero del fuego”, horno campesino hecho de barro y adobe), con lo cual obtuvo una ¡sopa sólida!, Don Carlos al probarla la halló tan sabrosa que inmediatamente la bautizó como “sopa paraguaya”. Una variante de esta versión relata que en ese día, Don Carlos había invitado a embajadores de otros países a cenar y como sucediera lo relatado, entonces presentó el plato como la "sopa paraguaya".

Otra versión, también interesante, cuenta la historia de la llegada de los españoles a tierras guaraníes. Con su idiosincrasia hospitalaria y no agresiva, los nativos guaraníes habrían recibido con honores a los "visitantes" españoles, y ofrecieron su mejor comida para agasajarlos: la carne de caza.

Al terminar la provisión de carne, y verificando que los huéspedes seguían con hambre, los guaraníes les ofrecieron la comida de "entre casa" con la cual se alimentaban, hecha a base del maíz triturado, y diciendo "la carne se terminó", en su idioma guaraní: "So'o opá".

La sopa paraguaya es infaltable en los asados (reuniones sociales en las que se consume carne de diversos cortes puestos a la parrilla o al asador, con fuego de carbón o leña), en los días de Semana Santa, principalmente los viernes santos, y en los casamientos, tanto que hay una recurrente pregunta que siempre se formula a los novios que llevan muchos años en pareja: ¿Cuándo comemos la sopa? Para preguntar cuando habrá boda

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